TERUEL-TURIA-VILLASPESA
domingo, 25 de marzo de 2018
jueves, 17 de noviembre de 2016
Cuentos
ADRIÁN Y LOS BICHITOS
Adrián era un niño de siete años. No le gustaba lavarse las
manos, ni cepillarse los dientes.
Su madre le decía que tenía que lavarse las manos y los
dientes, pero Adrián no le hacía caso a su madre y su madre se enfadaba.
Adrián tenía muchos amigos y todos los días iban a jugar al
parque. Lo que más le gustaba era jugar en el arenero y hacer castillos de
arena, pero después todos se lavaban las manos menos Adrián que no se las
lavaba y siempre tenía las manos negras y los dientes también.
Un día Adrián se puso enfermo, le dolía la tripa. Su mamá lo
llevó al hospital y el médico le dijo que tenía muchos bichitos en el estómago.
Tuvieron que pincharle y el doctor le dijo que los bichitos estaban en sus
manos sucias y que es muy importante lavarlas antes de comer.
A partir de ese día Adrián se lavó las manos y los dientes
antes y después de comer, aprendió que la higiene es importante para la salud.
Irene (2º primaria)
EL ACCIDENTE
En un pueblo llamado
Villaclara vivían dos niños, uno se
llamaba Marcos y el otro Jorge.
Los dos niños estaban ilusionados
esa noche, era la noche de Holloween. A las nueve de la noche los niños fueron
a pedir caramelos por las casas.
En Villaclara había una carretera
con un cruce muy peligroso. Se estaban acercando al cruce, uno de los niños no
se acordaba, Jorge le intentaba avisar del cruce, pero el niño no se dio cuenta
y le atropelló una furgoneta.
Vino un helicóptero y se lo
llevaron a Zaragoza, las heridas eran muy graves. Pasados cuatro meses al niño
le dieron el alta.
Ahora cada vez que el niño va a
cruzar la calle mira a los dos lados.
Damián (3º primaria)
EL BURRO Y EL OGRO
Érase una vez un burrito que vivía en una granja y cada
animal trabajaba en una cosa. Las ovejas daban lana, las gallinas ponían
huevos y el que más trabajaba era el
burrito, labraba el huerto, cogía agua del pozo, llevaba un carro lleno de
semillas de maíz y aunque trabajaba tanto tenía tiempo de jugar con los
amiguitos de la granja.
Un día estaban jugando con la pelota y se les fue a lo más
profundo del bosque. Los animalitos de la granja llamaron al burrito valiente
que caminó y caminó hasta llegar a la ciénaga del ogro.
El ogro se estaba bañando y el burrito le dijo:
- ¿Sabes dónde está nuestra pelota?
- Sí, la tengo yo.
- ¿Me la puedes dar, por favor?
- No, hasta que me cures la muela que no me deja dormir.
- ¿Por eso gritas por las noches? Todos los animalitos de la
granja te tienen miedo.
Entonces le dijo al burrito al ogro:
- Enséñame esa muela y mira hacia arriba.
El burrito le pegó una gran coz en el carrillo y se le soltó
la muela.
El ogro le dijo gracias y le
devolvió la pelota.
El burro y el ogro se hicieron amigos.
Mateo (1º primaria)
EL PERRO PINTOR
En un bosque muy muy lejano vivía
un perro que le encantaba pintar y el pato le decía:
-
¿Cuándo
vas a aprender a dibujar? Cua, cua, cua
Se encontró al gallo mientras
pintaba un cuadro y el gallo le dijo:
-
¡Ridículo!
Kikiriki, Kikirridi
Entonces se encontró al gato por
ahí y le dijo:
-
¡Lo mal
que dibujas! Miau, mirimiau, mirimal.
La vaca le dijo:
-
¡Simplón! Muuuuu, muuuusimplón.
El perro se fue llorando a su
casa. Entonces su amiga la perrita tocó a la puerta, el pequeño pintor fue a
ver quién era, vio que era su amiga y le dejó pasar.
Cuando la perrita lo vio tan
triste le preguntó:
-
¿Qué te pasa?
El perro le respondió: -Pues mira
todos los animales se burlan de mis cuadros.
-
¡Ah, sí!, a ver, enséñame uno - dijo la perrita
que era una experta en arte.
Al verlos exclamó:
-
¡Pero si son preciosos! Te compro todos y por
favor ¡Fírmame un autógrafo! Serás famoso, estoy segura.
Entonces todos los animales
vinieron a pedirle perdón y a felicitarle.
Fueron felices y comieron
perdices.
Alba (1º primaria)
LA AVENTURA
Jorge,
Irene, Damián, María, Juan, Marcos y Rodrigo fueron de excursión con su
profesora al Museo de Arte. Allí estuvieron observando todo hasta la hora del
cierre.
La profesora
se distrajo y ellos se quedaron dentro. Tocaron las pinturas rupestres y de
repente ¡se metieron en la Prehistoria! Allí conocieron a gente muy maja y
aprendieron de ellos a dibujar con tierra, a hacer su ropa con pieles… Al final
Jorge preguntó:
- ¿Hay algún sendero para salir?
- Sí, ¿veis aquellas pirámides? detrás de ellas hay
un desierto, allí están los egipcios.
Hicieron un
largo viaje hasta que llegaron. Allí se hicieron amigos de los egipcios que les
enseñaron a hacer pirámides. Les preguntaron cómo salir de allí y les dijeron:
- Detrás de aquel reino están los romanos.
Con los
romanos aprendieron a hacer mosaicos y vasijas y les preguntaron:
- Qué camino
nos saca de aquí.
Y dijeron:
- Por allí
llegáis a la Edad Media.
Juntos
fueron a la cueva. De repente el dragón ¡se despertó!, con las enredaderas que
había allí le ataron las patas y lo tiraron al suelo. Fueron corriendo a la
aldea y los caballeros les protegieron y les enseñaron a hacer joyas de oro.
Cuando vieron la hora preguntaron:
- ¿Cómo
salimos?
Les dijeron
que detrás de una armadura estaba la salida.
Cuando
salieron ya era de día y el museo abría.
Todos se
sorprendieron con las aventuras que contaron y lo que aprendieron.
Jorge (2º primaria)
LA PERSECUCIÓN
Era un policía que andaba por la
rue Bailleul, una callejuela al lado del museo del Louvre y ve a una persona sospechosa con un
cuadro, que corre mirando hacia atrás
mientras suena la alarma del museo.
Antonio, el policía, sigue al sospechoso
y ve el cuadro de la Mona Lisa, entonces llama a más policías y el ladrón se
echa a correr. Le persiguen.
La hija que estaba paseando para
ir al parque infantil del jardín Nelson Mandela les sigue hasta que se
encuentra con Pepito, el amigo de Antonio el policía, su padre, en el
restaurante Chez Denise. Ve pasar al ladrón, le tira un pollo asado a la cara y
el ladrón se marea un poco.
El ladrón corre y corre, le roba
el bolso a una abuela que pasaba por
allí y gira para atracar un banco, coge y rompe la puerta de una patada,
atraca, coge todo el dinero y sale por la salida de emergencia, luego se va
hacia la casa de Antonio.
José era el otro hijo del policía
Antonio, estaba jugando con el frisbee y
se lo lanzó a la cabeza, lo esquiva, luego se va por una calle sin salida y lo
intentan coger pero se escapa, corre hasta que se encuentra con más policías.
¡Le habían tendido una trampa!
Salta a un muro luego corre por
el tejado pero no hay escapatoria ninguna, entonces viene un helicóptero y lo
recoge. Van los helicópteros de la policía y lo persiguen.
Los ladrones se van a su guarida
secreta, los policías lo siguen y van a espiar y ver cuantas cosas han robado.
Luego rodean su guarida y les hacen sacar todo lo que han robado y los
encarcelan en las jaulas del helicóptero para llevarlos a la cárcel oficial.
Juan (3º primaria)
NICOLÁS Y LA PINTURA
Un niño llamado Nicolás fue a un
museo por primera vez. Veía las pinceladas de las acuarelas en los cuadros, los
colores vivos y alegres, los fríos y tristes…
Por la mañana se despertó y
gritó: ¡Cuando sea mayor quiero ser pintor!
Pasados los años a Nicolás lo
contrataron en una empresa de arte, se llamaba EL ARTE SALE DE LOS CUADROS, ¡Y
en un par de años, trabajando y estudiando arte, el señor fue pintor!
Algunos cuadros los vendió, otros
los regaló a gente que le había apoyado para ser pintor ¡Incluso a pintores
famosos como Miró les vendió cuadros!
Se hizo mayor pero seguía
obsesionado por el arte, estaba todo el día pintando.
Aunque a veces no le llegaran las
ideas, él se decía: - Piensa… ¿te
acuerdas cuando fuiste al museo por primera vez?- y le venía la inspiración.
Un día se tuvo que despedir de su
sueño, se moría, no podía respirar. Pero seguro que en el cielo seguirá
pintando.
Y por eso cada vez que llueve
sale el arcoíris, Nicolás lo pinta con sus pinceles.
María (3º primaria)
PINCHO SALVA LA MONTAÑA
Érase una vez un erizo llamado
Pincho.
Pincho vivía feliz en una montaña
cercana a un pueblo. A este erizo le gustaba cazar insectos, hacer agujeros y
esconderse entre los troncos.
Pincho no vivía solo, en la
montaña vivían muchos más animales, los corzos, las culebras, los conejos y
algunos ratoncillos.
Pincho era feliz en la montaña.
Una noche unos niños estaban
durmiendo, sus perros no dejaban de ladrar, fueron al jardín y encontraron a
Pincho muy asustado, no sabía volver a su casa.
A la mañana siguiente los niños
acompañaron a Pincho a la montaña y se dieron cuenta de lo que había pasado,
alguien había ido con motos por toda la montaña y había destrozado los caminos
y las madrigueras de todos los animales.
Los niños tenían que hacer algo
por el erizo y por los demás animales. Arreglaron las madrigueras y con los
demás niños del cole hicieron carteles que decían:
RESPETAR
LA MONTAÑA
Pincho pudo hibernar tranquilo.
Marcos (1º primaria)
QUIÉN HA SABOTEADO EL ARTE?
Érase una vez un pintor llamado
Rodrigo que hizo un cuadro muy bonito.
Pero a un ladrón no le gustó ese
cuadro y por la noche lo saboteó. Al día siguiente Rodrigo se despertó y vio su
cuadro manchado, roto y saboteado.
Contrató a un detective privado
para que encontrara pistas y averiguase quién había sido el que saboteó su
cuadro. Al día siguiente encontró varias pistas y tres sospechosos.
Los sospechosos eran: la
limpiadora, su ayudante y un hombre enmascarado que seguramente era el ladrón.
El detective le dijo a Rodrigo
que lo había desgarrado con las manos y lo había saboteado con pintura. El
culpable había roto la puerta y las cámaras de seguridad y enseguida el
detective averiguó que el culpable sabía mucho del museo.
¡El culpable es el enmascarado!
Gritó el detective. Enseguida lo metieron en la cárcel.
La policía le dijo a Rodrigo que
era un experto ladrón y había robado en muchos museos: París, Nueva York, San
Petesburgo, Londres, Madrid…
Rodrigo pudo seguir pintando obras de arte sin que nadie se las
saboteara, y llegó a convertirse en un gran artista.
Y colorín colorado este cuento se
ha acabado.
Rodrigo (3º primaria)
UNA GRAN FAMILIA
Había una vez un
ciervo y un jabalí que se encontraron en el bosque.
El jabalí le preguntó al ciervo:
-
¿Cómo
te llamas?
-
Me
llamo Cuernos- dijo el ciervo.
-
Y
tú ¿cómo te llamas? – le preguntó el ciervo al jabalí.
-
Me
llamo Peludo.
Como los cazadores habían matado a su familia el ciervo se
fue con el jabalí.
Querían cruzar la carretera para ir a comer a un huerto.
Llegaron al huerto y allí se encontraron a un conejo.
Cuernos y Peludo le preguntaron:
-
¿Cómo
te llamas?
-
Me
llamo Saltitos – dijo el conejo.
Cuernos y Peludo le preguntaron:
-
¿Por
qué llevas muletas?
Dijo el conejo:
-
Los
perros de los cazadores me mordieron la pata y me la arrancaron.
Se llevaron al conejo con ellos hasta la cueva de la familia
de Peludo.
Los tres iban de camino y se encontraron pinturas rupestres y
dijeron:
-
¡No
las podemos pisar que son muy delicadas!
Siguieron el camino y vieron fósiles, tampoco los quisieron
pisar.
Llegaron a la casa de Peludo y de su familia.
Cuernos y Saltitos se quedaron a vivir con ellos y formaron
UNA GRAN FAMILIA.
Rubén (1º primaria)
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